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7 Libros sobre Predicación que Todo Predicador Debe Tener

8 Sep

Hay varios libros excelentes escritos en inglés sobre predicación que aún no han sido traducidos al castellano como Engaging Exposition de Daniel L. Akin, Bill Curtis y Stephen Rummage o Christ-Centered Preaching de Bryan Chapell. También hay otros buenísimos en español que me gustaría recomendar como Predicando con Pasión de Alex Montoya o Clavos Bien Clavados de Byron Forrest Yawn. Sin embargo he decidido limitar esta lista a aquellos libros que han sido traducidos al español y que han sido considerados por muchos como muy influyentes y valiosos para todo predicador expositivo.

1. La Predicación y los Predicadores, Martyn Lloyd-Jones

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Se ha descrito a Martyn Lloyd-Jones como «el último de los predicadores.» Aunque él habría rechazado semejante afirmación, ningún predicador en Gran Bretaña atrajo a semejantes multitudes de manera tan continuada y fue tenido en tan alta estima. El autor nos muestra en su libro que la predicación es insustituible. La razón principal más que metodológica es teológica. El autor dice: «Para mí, el trabajo de predicar es el más grande y el más glorioso llamamiento al que alguien puede ser llamado jamás.»

2. La Predicación: Cómo Predicar Bíblicamente, John MacArthur

MacArthur

La bien conocida pasión del Dr. MacArthur por las Escrituras se combina con la visión y pericia de otros miembros de la facultad de “The Master’s Seminary” para presentar una exposición concluyente de cómo revelar con eficacia a la congregación de hoy en día el significado de la Palabra de Dios.

3. Guía de Predicación Expositiva, Stephen Olford & David Olford

Olford 3

El Dr. Stephen F. Oxford (ya fallecido) y su hijo el Dr. David L. Oxford, ambos respetados predicadores, definen qué es “predicación expositiva” (exposición de las Escrituras en vez de imposición), enseñan cuál es la técnica, y detallan la importancia (“la verdadera predicación cristiana es expositiva”). Este libro equipa y anima a los predicadores para que obedezcan su llamado y ministren la Palabra de Dios con el maravilloso método de los Oxford.

4. La Supremacía de Dios en la Predicación, John Piper

Piper

En la primera parte, el autor explica por qué Dios debe ser supremo en la predicación, y dice: “La razón de que la predicación sea tan esencial a la adoración corporativa de la iglesia es que es adecuada de manera única para alimentar tanto el entendimiento como el sentimiento. Es adecuada de manera única para despertar el ver a Dios y el saborear a Dios. Dios ha ordenado que la Palabra de Dios venga en una forma que enseñe a la mente y toque el corazón.” La segunda parte marca las pautas para lograr la supremacía de Dios en la predicación.

5. La Predicación Bíblica, Haddon Robinson

Robinson

La obra de Haddon Robinson, uno de los mejores expositores y profesores de homilética de los Estados Unidos, contiene los principios bíblicos esenciales de la predicación bíblica que necesita la gente en este nuevo milenio para conocer a Cristo y experimentar el gozo de la salvación. El propósito del autor es enfocar a los predicadores en la base de la predicación, la Biblia, y hacerles entender que todo otro fundamento extra-bíblico es fuego extraño en el altar del Señor.

6. Lecciones a mis Estudiantes, Charles Spurgeon

Spurgeon

Discursos a mis estudiantes consiste en las conferencias que Charles H. Spurgeon, el conocido predicador bautista inglés del siglo XIX, llamado el “príncipe de los predicadores”, dirigiera a sus estudiantes al ministerio cristiano del Tabernáculo Metropolitano. Algunos de los temas que se abarcan en esta obra son la vocación al ministerio, la vida devocional privada del ministro, la preparación de sermones, la voz, el don de hablar espontáneamente, etc., todos ellos escritos con pasión, vigor y claridad.

7. La Predicación: Puente Entre Dos Mundos, John Stott

Stott

John Stott, predicador y erudito de renombre mundial examina las objeciones contemporáneas a la predicación y establece una base teológica para la predicación contemporánea efectiva. Incluye un bosquejo histórico de la predicación y prácticas sugerencias para el estudio de la Biblia y la preparación del sermón.


Nota 1: Ministerios cristianos y predicadores como Desiring God (John Piper), H.B. Charles JrSermon CentralSugel MichelénThe HeartCry Missionary Society (Paul Washer) recomiendan varios de los libros que incluyo en mi lista.

Nota 2: Las descripciones de los libros las obtuve de diferentes editoriales y de los mismos libros.

Nota 3: El Ministerio 9 Marks permite descargar gratuitamente el libro, «La Predicación Expositiva» de David Helm en este link: http://goo.gl/FjzLIz

Diez Memorables Citas de Martyn Lloyd Jones sobre la Predicación

14 Sep

El médico, pastor y predicador galés, Martyn Lloyd-Jones (1899 – 1981), fue una de las figuras más destacadas en el resurgimiento de la predicación expositiva en el mundo de habla inglesa. “El Doctor,” como afectuosamente le llamaban, fue uno de los instrumentos que Dios usó para volver a levantar la predicación bíblica cuando esta se encontraba en decadencia.

 Es mi oración que las siguientes diez citas que recopilé del libro de Lloyd Jones llamado, “La Predicación y los Predicadores,” en su versión original en inglés, alimenten aún más el fuego en aquellos que han sido llamados a esta noble tarea y que se conviertan en hombres apasionados por Dios, por su verdad y por su iglesia.

Un hombre que siente que es competente, y que puede hacer esto fácilmente, por lo que se apresura a predicar sin ninguna sensación de miedo o estremecimiento, o vacilación alguna, es un hombre que está proclamando que nunca ha sido «llamado» a ser un predicador. [1]

Cualquier definición verdadera de la predicación debe decir que ese hombre está allí para entregar el mensaje de Dios, un mensaje de Dios a las personas. Si prefieres el lenguaje de Pablo, él es «un embajador de Cristo.» Eso es lo que es. Él ha sido enviado, él es una persona comisionada, y él está de pie allí como vocero de Dios y de Cristo, para dirigirse a esas personas. [2]

Evita la astucia y perspicacia. La gente va a detectar esto, y van a tener la impresión de que estás más interesado en ti mismo y tu inteligencia que en la verdad de Dios y sus almas.[3]

Predicar la Palabra es la tarea principal de la Iglesia, la tarea primordial de los líderes de la Iglesia. Las  personas que estamos establecidas en esta posición de autoridad, no debemos permitir que nada nos desvíe de esto, por muy buena que sea la causa, por grande que sea la necesidad. [4]

Esto es lo que predicar (la Biblia) está destinado a hacer. Se dirige a nosotros de una manera tal que nos trae bajo juicio, y trata con nosotros de tal manera que sentimos que toda nuestra vida está involucrada, y decimos: «Nunca podré volver a vivir como lo hacía antes. Esto ha hecho algo en mí, ha hecho una diferencia en mí. Soy una persona diferente como resultado de escuchar esto.” [5]

La tarea de la predicación es el llamado más alto y más grande y más glorioso a la que alguien alguna vez pueda ser llamado. [6]

La predicación autoritativa, se produce cuando Dios da el poder que le permite [al predicador] por medio del Espíritu hacer este trabajo de una manera que lo eleva más allá de los esfuerzos e iniciativas del hombre. [7]

No se puede tratar adecuadamente con el arrepentimiento sin tratar con la doctrina del hombre, la doctrina de la caída, la doctrina del pecado y de la ira de Dios contra el pecado.» [8]

¿Qué es la predicación? Es teología en llamas. Y una teología que no tiene fuego, sostengo, es una teología defectuosa, o al menos la comprensión del hombre de la misma es defectuosa. La predicación es teología que viene a través de un hombre que está en llamas. [9]

La necesidad más urgente en la Iglesia cristiana en la actualidad es una auténtica predicación, y puesto que esta es la mayor y más urgente necesidad en la Iglesia, es también la mayor necesidad del mundo. [10]


[1] Martyn Lloyd-Jones, Preaching and Preachers, 107.

[2] Idem., 53.

[3] Idem., 209.

[4] Idem., p. 23.

[5] Idem., p. 56.

[6] Idem., 9.

[7] Idem., 305.

[8] Idem., 65.

[9] Idem., 97.

[10] Idem., 9.

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