El siguiente artículo fue obtenido enteramente del libro “Cristianismo en Crisis: Siglo 21” de Hank Hanegraaff. Puedes comprar este libro aquí.
¿Sabía usted que desde el principio del tiempo todo el propósito de Dios era reproducirse a sí mismo? ¿Quiénes son ustedes? Vamos, ¿quiénes son ustedes? Vamos, díganlo: «¡Hijos de Dios!» ¡Vamos, díganlo!…Y cuando nos ponemos en pie aquí, hermano, no está usted mirando a Morris Cerullo; está usted mirando a Dios. Está usted mirando a Jesús.[1]
—MORRIS CERULLO
Morris Cerullo afirma que él tuvo su primer encuentro con Dios cuando tenía ocho años de edad. Supuestamente estaba él de pie en una cornisa, preparándose para poner fin a todo, cuando Dios milagrosamente intervino, llenando el cuarto que estaba a las espaldas de Morris con su presencia y diciendo palabras de seguridad al joven Cerullo.[2] Tal como Cerullo relata la historia, su vida desde aquel momento en adelante ha sido un sorprendente maratón de milagros.
A la edad de catorce años, después de haber sido educado por «los principales rabinos» de una ciudad de Nueva Jersey,[3] Cerullo fue conducido fuera de un orfanato judío «por dos seres angélicos hasta un refugio que había sido preparado para él».[4] Menos de un año después, Cerullo fue transportado al cielo, donde tuvo un encuentro con Dios cara a cara.[5] Según el relato: «como Moisés contempló la gloria de Dios en la zarza ardiente, Cerullo fue llevado en el espíritu a los lugares celestiales, donde contempló la presencia de Dios y le fue claramente detallado el ministerio de su vida».[6]
Dios, a quien Cerullo describió con una altura de casi dos metros y dos veces más corpulento que un cuerpo humano,[7] tomó, por así decirlo, «la tapa del infierno y me permitió ver desde el cielo los portales infernales».[8] Después, dice Cerullo, el Señor le habló por primera vez. El Creador le dijo a Cerullo precisamente lo que le había dicho anteriormente a Isaías, es decir: «¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Porque la multitud del mar de los gentiles se convertirá a ti».[9]
Así, Cerullo se convirtió en un portavoz de Dios, capaz de «revelar cosas que aún no han sucedido, comunicando de modo precisamente directo palabras de Dios: “Así dice el Señor”».[10] Por eso Cerullo renunció un día a su «impulsora ambición de convertirme algún día en gobernador de mi estado de Nueva Jersey» para convertirse en «un ministro del evangelio».[11] Cerullo proporciona este relato como prueba indisputable de que él es, de hecho, «el vaso escogido de Dios».[12]
¿Pero lo es realmente? Consideremos la aseveración de Cerullo con respecto al propósito de Dios de reproducirse a sí mismo:
¿Sabía usted que desde el principio del tiempo todo el propósito de Dios era reproducirse a sí mismo? ¿Quiénes son ustedes? Vamos, ¿quiénes son ustedes? Vamos, díganlo: «¡Hijos de Dios!» ¡Vamos, díganlo!…Y cuando nos ponemos en pie aquí, hermano, no está usted mirando a Morris Cerullo; está usted mirando a Dios. Está usted mirando a Jesús.[13]
En un artículo promocional, Cerullo reconoce que «la verdadera prueba de un profeta es si lo que él dice llega a suceder».[14] Sin embargo, hasta un examen superficial de sus predicciones demuestra que la apaleante media cuando se trata de profecía, es poco menor que la de la organización de los Testigos de Jehová. En 1972, Cerullo afirmó que Dios le dijo que «Estados Unidos está a punto de ser testigo de un gran avivamiento».[15] Ahora ya han transcurrido tres décadas y media, y el «gran avivamiento» no ha ocurrido.
En septiembre de 1991, el Espíritu Santo supuestamente habló a Cerullo y dijo: «Hijo, el mundo será alcanzado con el evangelio para el año 2000».[16] Mientras escribo, el año 2009 surge en el horizonte, y la profecía que Cerullo atribuyó a Dios sigue sin cumplirse.
__________________________________________________________________
[1] Morris Cerullo, The Endtime Manifestation of the Sons of God (San Diego: Morris Cerullo World Evangelism, Inc., s.f.), cinta de audio 1, caras 1 y 2.
[2] Morris Cerullo, The Miracle Book [edición especial] (San Diego, CA: Morris Cerullo World Evangelism, 1984), p. ix.
[3] “God’s Faithful, Anointed Servant, Morris Cerullo” [folleto] (San Diego, CA: Morris Cerullo World Evangelism, s.f.)
[4] 7 Point Outreach—World Evangelism and You (San Diego: Morris Cerullo World Evangelism, s.f.), [4].
[5] Cerullo, Miracle Book, p. xi.
[6] 7 Point Outreach, [4].
[7] Cerullo, Miracle Book, p. xi.
[8] Ibid.
[9] Ibid., p. xii.
[10] “God’s Faithful, Anointed Servant, Morris Cerullo”.
[11] Cerullo, Miracle Book, p. x.
[12] Morris Cerullo, “Few Are Chosen”, Deeper Life 21:5 (junio 1981), p. 2.
[13] Cerullo, The Endtime Manifestation of the Sons of God, caras 1 y 2.
[14] “God’s Faithful, Anointed Servant, Morris Cerullo”.
[15] Laura Monteros, “The Rebirth of Morris Cerullo”, Los Angeles Herald-Examiner, 18 noviembre 1978.
[16] Morris Cerullo, “From the Heart”, Victory (enero-febrero 1992), p. 6, énfasis en el original.
Debe estar conectado para enviar un comentario.